El dolor es una información que envía el cuerpo cuando hay algo que no está bien.
Se transmite por el sistema nervioso y produce una sensación desagradable. Según la OMS “una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular real o potencial”.
En esta definición aparece el dolor asociado a una lesión de tejido o que pueda generar (en un futuro) una lesión. Y sin embargo, los últimos estudios ya nos están mostrando que no hace falta que exista una lesión en el tejido para que se sienta dolor. La información del dolor tiene una parte independiente a la hora de manifestarse. Porque, volviendo a la definición del dolor de la OMS, la parte emocional también está implicada en el dolor.
Por ahora no se puede ver en una prueba diagnóstica de imagen (las más utilizadas para el dolor) la parte emocional y sin embargo es una realidad cada vez más presente en el día a día de muchas personas.
¿Tu dolor es psicológico?
Últimamente esta pregunta se formula en afirmativo, sin interrogantes.
“Tu dolor es psicológico”.
El cajón de sastre de moda de los últimos años. Quien la dice, se queda a gusto por encontrar un “diagnóstico”. Quien la recibe, la mayoría de las veces, no sabe cómo encajarla. No sabe si le están diciendo que se está inventando el dolor o que no tiene solución y que se aguante. O directamente, carpetazo al caso.
Quizás pueda ser que se juntan dos palabras muy potentes para el ser humano en una frase: dolor y psicológico. Cosas intangibles y difícilmente medibles objetivamente. Y por lo tanto, se quedan en el limbo y se van pasando la pelota de unos a otros.
Tu dolor tiene un componente de origen emocional
Emocional, corporal (las sensaciones corporales que van asociadas al dolor como por ejemplo la rigidez articular), mental (creencias limitantes sobre el dolor), comportamental, hábitos, epigenética, descanso, hidratación….
Esto parece que cuadra más ya que las emociones se pueden vivir (o no vivir) y comunicar de muchas maneras diferentes, por ejemplo cuando por un disgusto se te cierra el estómago y no puedes comer.
¿Hay un daño en el tejido? No ¿Hay dolor? Sí.
De hecho, puede afectar a varias áreas de tu bienestar como por ejemplo, el dolor que no te permite descansar bien, notas cansancio muscular y las manos frías. Son síntomas asociados al proceso que estás viviendo. El tema es qué fue antes ¿el huevo o la gallina?
Cambio en el paradigma del dolor
Así como la sociedad está en un continuo proceso de cambio, en el que los últimos años han sido claves, también evolucionan los procesos de dolor. En época de bonanza económica el origen del dolor era más biomecánico (esfuerzos de repetición, más actividad física). En la época actual, tan convulsa, está creciendo el porcentaje de personas con ansiedad, estrés crónico y depresión. Esto influye, y mucho, en nuestro estilo de vida. Y por ende, en nuestro cuerpo. Es por eso que el paradigma del dolor va evolucionando hacia dolores que no tienen explicación a nivel de pruebas diagnósticas concluyentes y diagnósticos precisos.
La frase “tu dolor es psicológico” cae como una sentencia al paciente que lo escucha y que siente dolor. Porque si una persona siente dolor es que lo hay. Se pueda cuantificar o no.
Si quieres conocer más sobre tu dolor puedes ponerte en contacto aquí conmigo.